Los brackets metálicos son uno de los tratamientos de ortodoncia más utilizados en la ortodoncia para la alineación dental. Desde su invención su efectividad ha sido excelente convirtiéndolos en los favoritos de pacientes y especialistas. Hoy siguen siendo el sistema de ortodoncia más usado por profesionales. Así que, si estás considerando enderezar tu sonrisa, este es un tratamiento que debes conocer.
¿Qué son los brackets metálicos?
En la actualidad y gracias al avance de la tecnología, existe un amplio catálogo de materiales para tratamientos ortodóncicos. Desde porcelana, zafiro, hasta autoligados. De entre todas las opciones del mercado, los brackets metálicos siguen siendo de los más preferidos. Este sistema consiste en pequeñas piezas de metal que se fijan a los dientes con un adhesivo dental.
Para lograr que tu sonrisa esté alineada, los brackets metálicos se conectan a un arco de alambre que se ajusta periódicamente para mover los dientes gradualmente a la posición deseada. Su función principal es que por medio de ajustes semanales del alambre, los dientes se alinean gradualmente a su posición correcta.
Origen de los brackets metálicos
La ortodoncia moderna, tal como la conocemos hoy en día, no habría sido posible sin la invención de los brackets metálicos. Aunque los brackets han evolucionado con el tiempo, la idea original de usar brackets para mover los dientes a su posición correcta fue un avance revolucionario en la historia de la odontología.
Hablemos de los primeros brackets metálicos. Nos remontamos a la década de 1920, época en la que el ortodoncista llamado Edward H. Angle inventó un sistema que originalmente era de oro y se conectaba a un arco de alambre de oro para aplicar presión sobre los dientes. Si bien eran funcionales, estos presentaban un par problemas básicos: su costo era muy alto, además de que no resultaban cómodos para los pacientes ni estéticos debido al material, por lo que nunca resultaron populares entre los pacientes.
Un poco más tarde, en la década de 1930, los brackets metálicos comenzaron a ser más populares gracias a la invención de los brackets preformados: un sistema preformado que resultó ser más económico y cómodo para los pacientes, ya que en lugar de tener que doblar y ajustar el alambre a cada paciente, estos se podían colocar directamente en las piezas dentales y conectarse a un arco de alambre preformado.
A medida que la tecnología de la ortodoncia avanzó, también lo hicieron los sistemas de ortodoncia hasta llegar a los brackets que conocemos. No fue sino hasta la década de 1970, que los brackets de acero inoxidable se convirtieron en la opción más popular debido a su durabilidad, mantenimiento y menor costo.
Desde entonces, se han desarrollado otros tipos de brackets, como los brackets cerámicos, los autoligables, y los de zafiro que ofrecen diferentes beneficios para los pacientes. ¿Entonces por qué seguimos recurriendo a este material? La respuesta se debe a que es un sistema económico y confiable que te permitirá la sonrisa que buscas.
¿Cómo funcionan?
Cuando pensamos en la función principal de los brackets metálicos, todos aseguramos que es enderezar los dientes, pero ¿cómo logran esto? Los pequeños brackets aplican una presión constante y suave sobre tus piezas dentales para moverlos gradualmente a su posición correcta. Además, el arco de alambre conectado a los brackets se ajusta periódicamente por el ortodoncista para aumentar la presión y la dirección del movimiento de los dientes.
¿Cuáles son sus ventajas?
- Costo: los brackets metálicos son generalmente más económicos que otros tipos de brackets, lo que los hace más accesibles para un rango más amplio de pacientes.
- Durabilidad: los brackets metálicos son más duraderos que otros tipos de brackets, lo que significa que pueden soportar mejor el desgaste diario y durar durante todo el tratamiento de ortodoncia.
- Eficacia: los brackets metálicos son altamente eficaces para corregir la mayoría de los problemas de maloclusión, incluyendo dientes torcidos, apiñamiento, sobremordida y submordida.
Desventajas
Aunque los brackets metálicos tienen muchas ventajas, también tienen algunas características que pueden ser consideradas por algunos como desventajas, incluyendo:
- Visibilidad: los brackets metálicos son visibles en la boca y pueden hacer que algunos pacientes se sientan cohibidos o avergonzados al sonreír.
- Irritación: pueden causar irritación en las encías, la lengua y las mejillas al principio del tratamiento. Sin embargo, esto tiende a disminuir con el tiempo a medida que los pacientes se acostumbran a los brackets.
- Mantenimiento: los brackets metálicos pueden ser más difíciles de mantener y limpiar que otros tipos de brackets, lo que puede requerir más tiempo y atención por parte del paciente.
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